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Arquitectos: Behet Bondzio Lin Architekten
- Área: 57 m²
- Año: 2018
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Fotografías:YuChen Chao Photography
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La humanidad ha aprendido durante siglos a construir de forma muy eficiente de acuerdo con las leyes locales de la naturaleza, del mismo modo que las plantas y los animales han ADAPTADO su hábitat y sus genes para maximizar su EFICIENCIA en el uso de la energía, protegiéndose a sí mismos y asegurando el crecimiento de su especie. Pero también, cosa que se ha perdido con demasiada frecuencia, hemos olvidado cómo vivir en simbiosis y POESÍA con la naturaleza.
Adaptabilidad - La Casa de té en Clear Water Mountain se asienta en el borde de una ladera a 700 m de altitud. Utiliza bambú, un material de construcción empleado en el sur de Asia desde hace miles de años. La mayoría de los bambúes alcanzan una altura de hasta 6 metros en un año. Sus delgados troncos pueden doblarse extremadamente para resistir vientos muy intensos, como los de los tifones. Se puede doblar como se ha hecho para minimizar la resistencia al viento y canalizar la lluvia ladera abajo. Puede cortarse por la mitad para crear una capa de teja natural que proteja la casa de té del agua y el sol. Todas las uniones se atan con simples cuerdas metálicas, lo que reduce la construcción/montaje a menos de un mes.
Sostenibilidad - El bambú es fácil de conseguir y crece en Taiwán hasta alcanzar su altura máxima en un año. Entonces, habrá alcanzado su resistencia y flexibilidad ideales para ser utilizado como material de construcción. Tradicionalmente se ahuma para que se seque y resista a las termitas, y dura como material de construcción al menos cinco años. Esto lo convierte en un material de construcción con una huella de carbono muy baja.
Holismo - Lo que nos entusiasmó de esta casa de té es trabajar de forma holística con la naturaleza. Utilizar los materiales que se encuentran alrededor para crear un refugio, celebrar la sencillez de beber té y estar dentro de la naturaleza, el sonido del viento, la luz y el sonido del río y la lluvia. Las ceremonias del té son parte integrante de la vida cotidiana de las familias, pero también añaden profundidad y significado a las reuniones sociales, y existe un gran valor y aprecio por la singularidad de las hierbas que se preparan y sirven. No es sólo consumo.
Los edificios son organismos que tienen piel para protegerse del sol y el viento. Eso se tuvo muy en cuenta en el diseño de la estructura y la cubierta. El salto evolutivo más fascinante del que disponemos hoy es nuestra mayor comprensión de los procesos microbiológicos. Podemos aprender con gran precisión cómo se adaptan las especies a las condiciones climáticas extremas y aplicar su ingenio milenario a las superficies arquitectónicas. Pero, ante todo, hay que respetar la naturaleza. Apreciar su valor para nuestra calidad de vida sostenible y comprender su fragilidad. Tenemos que trabajar con la naturaleza, protegerla y desarrollar una trayectoria entrelazada que garantice nuestro sustento.